europeas2009A falta ya de menos de un mes para las elecciones europeas del 7 de Junio, es buen momento para, sin ánimo de pedir el voto absolutamente para nadie – no es ese mi papel ni me dedico a ello en modo alguno, – revisar los programas electorales de los diferentes partidos y plantearse qué opción política defiende mejor los intereses de esa gran parte de la ciudadanía que nos definimos como usuarios activos de la red. Son éstas las primeras elecciones en las que Internet juega un papel fundamental: en el Parlamento Europeo es donde se están decidiendo las normativas que posteriormente, traspuestas a la legislación nacional, marcarán lo que será la red para todos los ciudadanos. Como hemos podido ver en múltiples ejemplos recientes, el Parlamento Europeo está siendo el coto de actuación de múltiples grupos de interés olobbies que presionan para conseguir sus fines, y que están dispuestos a recorrer todas las posibilidades para hacerlo, aunque ello implique presentar las mismas propuestas a través de mecanismos diferentes y en múltiples ocasiones, como una hidra de nueve cabezas. Tengámoslo en cuenta, la lucha es sumamente desigual: frente a unos usuarios que se defienden mediante la palabra y el uso de los llamados “ciclos ociosos”, es decir, aprovechando sus ratos y recursos libres, los lobbies oponen maquinarias fuertemente dotadas económicamente, con recursos legales casi ilimitados y con gran capacidad de acceso directo a todos los estamentos del poder.

Ahora bien: ¿qué puntos es preciso buscar en los confusos y alambicados programas electorales de las diferentes opciones políticas? ¿Qué conceptos TIENEN necesariamente que estar ahí, de manera inequívoca y patente, para que los usuarios de Internet sintamos que podemos confiar en ver nuestros derechos adecuadamente defendidos? ¿Qué frases garantizan que los partidos tendrán más difícil, terminadas las elecciones, el dedicarse al tan extendido deporte del “donde dije digo, digo Diego”?

A mi entender, la primera frase que tienes que buscar de manera INEQUÍVOCA en el programa electoral de tu opción política es la DEFENSA INCONDICIONAL DE LA NEUTRALIDAD DE LA RED. Así, con estas palabras, sin que resulte aceptable ninguna otra fórmula con posibilidades de ambigüedad. La neutralidad de la red es ya un concepto perfectamente claro y bien definido: Los ciudadanos tienen derecho a que el tráfico de datos recibido o generado no sea manipulado, tergiversado, impedido, desviado, priorizado o retrasado en función del tipo de contenido, del protocolo o aplicación utilizado, del origen o destino de la comunicación ni de cualquiera otra consideración ajena a la de su propia voluntad. Ese tráfico se tratará como una comunicación privada y exclusivamente bajo mandato judicial podrá ser espiable, trazable, archivado o analizable en su contenido (como correspondencia privada que es en realidad). Es decir, que la red no estará sujeta a ningún tipo de discriminación en función de contenidos, sitios web, origen, destino, plataformas, modos de comunicación o protocolos, limitándose las empresas proveedoras a ofrecer un canal de comunicación con un ancho de banda contratado por el usuario, sin ningún tipo de injerencia en lo que por él circule y, por supuesto, cumpliendo el derecho universal al secreto de las comunicaciones. Ante la claridad de la definición, lo mínimo que debemos pedir a nuestra opción política es que la recoja tal y como está, sin ningún tipo de subterfugio que permita posteriormente que los poderosísimoslobbies de las telecomunicaciones puedan desvirtuar la naturaleza de Internet. Esta, sin duda, es la parte más importante e imprescindible en un programa político: si eres usuario de Internet y tu opción política no tiene esta frase en su programa, plantéate votar a otra, o te jugarás el que la red termine siendo algo muy distinto a lo que es hoy, algo que te aseguro que te va a gustar mucho menos.

La segunda frase imprescindible debe asegurar la defensa de los ciudadanos frente a los lobbies de la industria de los derechos de autor, y debe abogar por la clara y necesaria redefinición de tales derechos de autor para su adaptación a la sociedad digital. En el programa de tu opción política debes buscar frases como esas, “CAMBIO DEL MODELO VIGENTE DE PROPIEDAD INTELECTUAL”, acompañadas por la defensa de la copia privada y por la no penalización de las descargas con fines no lucrativos. El partido que te represente en Europa tiene que tener completa y meridianamente claro que las cosas que haces todos los días desde tu casa para consumir contenidos NO SON CONSTITUTIVAS DE DELITO ALGUNO, y que corresponde a las empresas de contenidos, si quieren que les entregues tus preferencias, desarrollar plataformas capaces de competir en oferta, facilidad de uso, etc. con las que utilizas actualmente.

Otros puntos que debes proponerte buscar en el programa electoral de la opción política a la que pretendas entregar tu voto son: la oposición a las patentes de software (sí, aunque parezca increíble, este tema aún sigue pululando por los recovecos de los organismos europeos, dando buena prueba de lo que se juegan en ello las empresas que lo promueven), el apoyo decidido al uso de software libre en la Administración Pública, y la definición de Internet como servicio de acceso universal.

Mucho ojo con estas elecciones: lo que típicamente suele ser una cita electoral considerada secundaria y de baja participación, es en realidad un momento en el que los ciudadanos nos jugamos mucho, muchísimo, sobre todo en aquellos temas relacionados con Internet. Ten mucho cuidado: lo que está en el programa, está en el programa, no te dejes engañar por “manifiestos”, “declaraciones” y palabrería variada de última hora a la que luego no podrás recurrir porque no estaba en el programa: lo que votas es un programa, lo que no esté ahí, considéralo papel mojado. Plantéate el tema con gran seriedad, y deja claro a la que sea tu opción política de qué factores depende tu apoyo electoral el próximo 7 de Junio.

piratbyranEl Partido Pirata se convierte en la tercera fuerza política en Suecia, tras triplicar su número de miembros en solo tres semanas como reacción fundamentalmente a la publicación del veredicto de The Pirate Bay. Con 44.000 afiliados y creciendo a un ritmo muy rápido, el Piratbyrån ha sobrepasado ya a los liberales del Centerpartiet y amenaza la segunda posición de los conservadores del Moderata samlingspartiet, mientras la primera posición en número de afiliados sigue correspondiendo al Sveriges socialdemokratiska arbetareparti, los socialdemócratas, el partido más antiguo del país fundado en 1889 y que cuenta con unos 120.000 afiliados.

El Piratbyrån defiende la reducción del copyright para que éste cubra únicamente el ámbito de las transacciones comerciales, eliminando por tanto la incriminación de ciudadanos comunes por algo que pueden hacer desde sus casas y que, como todos sabemos, no puede ser perseguido sin violar derechos humanos como la confidencialidad de las comunicaciones. Según este principio, los agregadores de torrents se reducen al papel de un mensajero, una figura que, en democracia, siempre ha estado dotada de inmunidad con respecto al contenido de los mensajes que porta.

Con las elecciones al Parlamento Europeo a la vuelta de la esquina, la cosa tiene su evidente importancia: según su líder, Rick Falkvinge, el partido ha pasado de contar con un escaño testimonial, a plantearse que puede conseguir varios puestos parlamentarios (Suecia cuenta con 19 escaños en el Parlamento Europeo), y trabajar desde allí en un entorno en el que tradicionalmente la influencia ha correspondido a los poderosos lobbies de la industria. De cara a las elecciones que se celebrarán entre el 4 y el 7 de Junio, los retos del Partido Pirata son ahora el conseguir que las papeletas lleguen a todos los colegios electorales (en Suecia, la logística de distribución de las papeletas corresponde a cada partido) y que la conversión de esos afiliados a votantes siga las métricas habituales en el país escandinavo. ¿Cómo responder a estos retos? Lógicamente, intentando movilizar a todos los simpatizantes y activistas, en el más claro reflejo de las llamadas grassroots campaigns.

El planteamiento es más que interesante: toda acción conlleva una reacción. Amaña un juicio a los responsables de The Pirate Bay utilizando a un juez de neutralidad probadamente nula – lo cual posiblemente acabe desencadenando la nulidad de todo el procedimiento y la necesidad de repetir el mismo – y obtén, en justa reciprocidad, un incremento del triple en el número de afiliados al partido que defiende las mismas ideas contra las que intentabas luchar. Y de premio, pasa de una situación en la que tus oponentes están metidos en un piso y escribiendo e-mails graciosos, a tenerlos sentados en el mismísmo Parlamento Europeo ejerciendo influencia y haciendo mucho ruido sobre su causa. No cabe duda: lo de la industria de la propiedad intelectual nunca ha sido precisamente la visión estratégica.